Las características distintivas de un enfoque de medicina funcional incluyen:
- Atención centrada en el paciente: Promovemos la salud como una vitalidad positiva, más allá de la ausencia de enfermedad. Al escuchar al paciente y aprender su historia, el profesional lleva al paciente al proceso de descubrimiento y adapta los tratamientos que abordan las necesidades únicas del individuo.
- Un enfoque integral de salud basado en la ciencia: Se considera la compleja red de interacciones en la historia del paciente, la fisiología y el estilo de vida que pueden conducir a la enfermedad. Se considera la composición genética única de cada paciente, junto con factores internos (mente, cuerpo y espíritu) y externos (entorno físico y social) que afectan el funcionamiento total.
- Integrando las mejores prácticas médicas: La medicina funcional integra las prácticas médicas convencionales occidentales con lo que a veces se considera medicina "complementaria", creando un enfoque en la prevención a través de la nutrición, suplementación y el ejercicio; uso de las últimas pruebas de laboratorio y otras técnicas de diagnóstico; y combinaciones prescritas de medicamentos y/o suplementos, dietas terapéuticas, programas de desintoxicación o técnicas de manejo del estrés.