La hormona del estrés por excelencia, secretada en la corteza de la glándula suprarrenal. El aumento crónico del cortisol se asocia con un aumento de antojos por hidratos de carbono, tanto dulces como salados. Se producen antojos imperiosos por una ingesta variada de dulces de bollería o pastelería, productos procesados y ultraprocesados...