Para entender qué es la sensibilidad alimentaria, primero debemos recordar qué son las alergias alimentarias.
Las alergias alimentarias son más conocidas, se trata de reacciones adversas hacia los alimentos donde participan mecanismos de nuestro sistema inmunológico.
Generalmente se reconocen alergias alimentarias inmediatas, mediadas por anticuerpos tipo IgE, que ocurren entre minutos hasta dos horas al contacto con el alimento, y otras de reacción más tardía mediadas por células o mixtas (IgE y células) que pueden ocurrir entre dos horas hasta 2 o 3 días después de la exposición al alimento.
Estas alergias alimentarias son mucho más conocidas por el público, y en general se conocen los alimentos culpables de dicha respuesta, por ejemplo, para una alergia inmediata tenemos el ejemplo de la alergias a frutos secos, que pueden producir una respuesta intensa del sistema inmune con inflamación de la piel, dificultad para respirar e incluso shock anafiláctico, el cual puede llegar a ser mortal.
En las alergias inmediatas por lo general las personas o los padres conocen ya el o los alimentos.
En relación a las alergias alimentarias tardías, pueden ser mediadas por células o mixtas (células y anticuerpos IgE) lo más conocido son las dermatitis atópica, asma, rinitis, esofagitis, gastritis e inflamación a distintos niveles del intestino delgado y grueso, gatilladas por cierto alimentos, siendo la más común la Alergia a la Proteína de Leche de Vaca.
Además, estas alergias alimentarias también pueden gatillarse por reacción cruzada con alimentos relacionados distintos del alimento original que generó la alergia.
No debemos dejar de mencionar el síndrome de alergia oral, en el cual se producen manifestaciones en los labios y tejidos de la cavidad bucal al exponerse a ciertos pólenes que pueden compartir reacciones cruzadas con ciertos alimentos.
Ahora que hemos aclarado lo que son las alergias alimentarias, vamos a abordar algo menos conocido, pero no por eso menos importante y que es mucho más frecuente y generalizado, llegando a afectar a más del 60% de la población y para lo cual no existe una asociación clara de causa-efecto inmediata, nos referimos a la Sensibilidad Alimentaria.
La Sensibilidad Alimentaria no está considerada dentro de la clasificación oficial de alergias alimentarias, sin embargo, es una realidad y debería estarlo, ya que se trata de una reacción adversa a alimentos mediada por mecanismos inmunológicos de manifestación más tardía, que pueden provocar síntomas intestinales y/o extraintestinales, y donde los anticuerpos tipo IgG juegan un rol clave de manera general.
La Sensibilidad Alimentaria no produce los efectos agudos de la alergia alimentaria y debido a la aparición tardía de síntomas puede ser muy difícil la identificación de los alimentos problemáticos.
Entre los alimentos que producen sensibilidades alimentarias de manera más frecuente están:
- Trigo, avena, cebada y centeno (TACC).
- Lácteos
- Huevos
- Maíz y otros cereales.
- Soya
- Levaduras
- Cítricos
- Solanáceas (tomates, berenjenas, pimentones, Goji berries, papa, etc.)
- Legumbres (maní, lentejas, garbanzos, porotos, etc.)
- Frutos secos (almendra, cajú, nueces, avellanas, etc.)
- Aditivos alimentarios (colorantes, preservantes, etc.)
Entre las condiciones asociadas a este tipo de Sensibilidad Alimentaria enumeramos las más frecuentes:
- Aumento de peso y obesidad
- Retención de líquidos
- Estreñimiento
- Congestión nasal
- Erupciones cutáneas y picazón
- Insomnio
- Jaquecas
- Embotamiento mental
- Vértigo
- Zumbidos en los oídos
- Arritmias cardiacas
- Fatiga
- Antojos de comida
- Ojeras o bolsas palpebrales
- Cambios de humor, ansiedad,
- Depresión
- Aftas bucales
- Eructos
- Reflujo gastroesofáfico
- Distensión abdominal, flatulencias
- Dolor abdominal, diarrea
- Intestino hiper-permeable
- Dolores musculares y articulares
Como podemos darnos cuenta, las sensibilidades alimentarias por IgG pueden provocar un amplio rango de reacciones incómodas o dolorosas, que por lo general son crónicas y no se resuelven debido a que sólo se realiza un tratamiento del síntoma y no de la causa principal.
Muchas de estas sensibilidades se pueden abordar a través de un enfoque médico y nutricional integrador donde el método consiste en eliminación de alimentos que gatillan las reacciones, seguido de la recuperación de la función de la barrera intestinal y la modulación de la respuesta del sistema inmune. Una vez controlado estos factores se reintroducen los alimentos que vale la pena reincorporar.
Las Sensibilidades Alimentarias mediadas por IgG son comunes a varias enfermedades crónicas, por lo cual un examen que permita determinar dichas sensibilidades se constituye en una herramienta muy útil.
Para poder realizar un Examen de Sensibilidad Alimentaria de IgG basta con tomar una muestras de sangre que se envían a un laboratorio especializado en los Estados Unidos, donde se analiza la reacción a 190 alimentos por tecnología de inmunoensayo con tecnología GPL xMAP®.
Este examen nos provee de una guía para la eliminación y reintroducción de alimentos dentro de la terapia médico y nutricional y así reducir la carga al sistema inmunitario, disminuir la inflamación, sanar el intestino, reducir los antojos y mejorar las distintas enfermedades crónicas asociados.
𝐃𝐫. 𝐅𝐞𝐫𝐧𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚𝐧𝐚 𝐕𝐢𝐥𝐥𝐚𝐠𝐫𝐚
Médico Cirujano – Universidad de Chile
Magister en Medicina Anti-envejecimiento de Longevidad Saludable – Universitat de Barcelona
Diplomado en Obesidad y Nutrición – Universidad de Chile
Certified Practitioner en Nutrición y Terapia Cetogénica y Low Carb High Fat, Nutrition Network Advisor Training y The Noakes Foundation, Sudáfrica.
𝐃𝐫. 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧 𝐔𝐛𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐋𝐚𝐫𝐫𝐞𝐚
Cirujano Dentista – Universidad Estatal de Guayaquil
Especialista en Periodoncia e Implantología – Universidad Mayor de Santiago de Chile
Diplomado en Medicina Biorreguladora de Sistemas – Universidad Mayor de Santiago de Chile
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